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03 Apr
03Apr

Las consecuencias de una guerra son un tema recurrente en las informaciones actuales. Pero además del drama de las pérdidas humanas, y la crisis humanitaria asociada a la multitud de personas asistidas y desplazadas, los países en guerra tienen mucho más que perder. Abordamos el caso desde la perspectiva financiera, y hablamos sobre las pérdidas económicas que conlleva para los países implicados, y los agentes conectados.


Índice de contenido

  1. Explosión de un conflicto armado
  2. Las pérdidas en datos
  3. Problemas en el largo plazo
  4. Tabla resumen


Explosión de un conflicto armado


La erupción de un conflicto armado trae consigo profundas y devastadoras secuelas sociales y políticas que se extienden mucho más allá de los campos de batalla. Las consecuencias de una guerra y sus efectos inmediatos se ven en el desgarrador coste humano y la crisis humanitaria resultante. Las comunidades se ven fragmentadas, las familias separadas, y el tejido social se desintegra bajo el peso de la violencia y la incertidumbre.


Consecuencias de una guerra a nivel social


  • Desplazamiento masivo: Los conflictos armados suelen provocar grandes flujos de refugiados y desplazados que buscan seguridad lejos de las zonas de combate. Este desplazamiento forzado crea crisis humanitarias, con necesidades urgentes de alojamiento, alimentos, atención médica y educación para los afectados.


  • Crisis humanitaria: La violencia y el desplazamiento resultante generan escasez de recursos básicos, y exacerba la vulnerabilidad de las poblaciones afectadas.


  • Impactos en la infraestructura y los servicios: Lo que afecta el acceso a la educación, la salud y el bienestar económico.


  • Trauma psicológico y social: La población afectada por las consecuencias de una guerra enfrenta traumas psicológicos, como estrés postraumático, ansiedad y depresión. Los niños, en particular, son más vulnerables a estos efectos


Consecuencias de una guerra a nivel político


  • Desestabilización de gobiernos: Las consecuencias de una guerra a nivel político pueden crear vacíos de poder susceptibles de ser explotados por grupos armados no estatales, incluidos terroristas y criminales organizados.


  • Polarización y radicalización: La violencia y la inestabilidad pueden fomentar la polarización política y social, así como la radicalización, alimentando ciclos de violencia que pueden ser difíciles de romper.


  • Impacto en las relaciones internacionales: Los conflictos armados suelen tener además repercusiones internacionales. Y esto afecta a su vez a las relaciones diplomáticas, el comercio y los flujos migratorios.


Casos más recientes de conflictos armados


Algunos casos recientes donde las consecuencias de una guerra son evidentes es por ejemplo, en el conflicto en Ucrania, iniciado en 2014 y escalado significativamente con la invasión rusa de 2022. El resultado, miles de muertes, desplazamiento masivo de personas y una grave crisis humanitaria. Además, ha provocado tensiones geopolíticas significativas, sanciones internacionales contra Rusia y ha afectado a la economía global, especialmente en los sectores de la energía y los alimentos.


Las relaciones internacionales se ven especialmente afectadas en la explosión de conflictos armados.


Otro ejemplo reciente de las consecuencias de una guerra la podemos ver en el conflicto entre Israel y Gaza, o en Etiopía, en la región de Tigray, donde existe una grave crisis humanitaria, con masacres y desplazamientos masivos, además de tensiones religiosa, étnicas y políticas que amenazan con desestabilizar aún más estos países.


Las pérdidas en datos


Además de a nivel social y político, las consecuencias de una guerra también infligen daños profundos y duraderos en el tejido socioeconómico de las naciones afectadas. Unos daños que desencadenan un efecto dominó que afecta el desarrollo y la recuperación económica a largo plazo.

La destrucción de infraestructuras críticas, tales como carreteras, puentes, redes de suministro de agua y electricidad, y edificios públicos, paraliza las funciones esenciales del estado y obstaculiza los esfuerzos de recuperación y desarrollo post-conflicto. Mientras que la destrucción de escuelas y hospitales compromete el futuro educativo y la salud de la población, respectivamente, perpetuando ciclos de pobreza y vulnerabilidad.


El proceso de reconstrucción termina siendo tan largo y costoso como las pérdidas provocadas por los conflictos armados.


La recuperación financiera post-conflicto es un proceso largo y complejo. Estudios indican que, en promedio, puede ser necesaria más de una década para que una economía se recupere a los niveles previos a sufrir las consecuencias de una guerra.


Ejemplo práctico: La reconstrucción de Japón post Segunda Guerra Mundial


Podemos poner como ejemplo la recuperación económica de Japón después de la Segunda Guerra Mundial. Tras su rendición en 1945, Japón enfrentó una devastación generalizada, con la economía al borde del colapso.

Durante la fase de ocupación y reforma (1945-1952), se implementaron una serie de reformas políticas, económicas y sociales fundamentales. Se redactó una nueva constitución, se realizaron reformas agrarias para redistribuir la tierra, se promovió la educación y se desmantelaron los zaibatsu (grandes conglomerados industriales) para fomentar la competencia.

La recuperación económica de Japón se aceleró con la Guerra de Corea (1950-1953), durante la cual Japón sirvió como base logística para las fuerzas de las Naciones Unidas, estimulando su industria y proporcionando un impulso significativo a su economía.

Para la década de 1960, Japón había reconstruido con éxito su infraestructura, revitalizado su economía y mejorado significativamente el nivel de vida de su población. Y hacia finales del siglo XX, se había convertido en la segunda economía más grande del mundo, demostrando una notable capacidad de resiliencia y recuperación a las consecuencias de una guerra.


Consecuencias de una guerra en el largo plazo


Los conflictos armados ocurren cada vez con mayor frecuencia, lo que puede atribuirse a múltiples factores, como disputas territoriales y nacionalistas, desigualdades económicas y sociales o diferencias ideológicas políticas y religiosas, e incluso la injerencia de potencias extranjeras puede fomentar la inestabilidad y prolongar los conflictos existentes.

Es difícil predecir con certeza qué países podrían verse involucrados en futuros conflictos, pero las áreas de tensión actual sugieren varios puntos críticos potenciales en el Medio Oriente, África Subsahariana, Asia Meridional y Central o Europa Oriental, donde la inestabilidad continúa en Ucrania. Las tensiones entre Rusia y países de la OTAN también podrían ser focos de conflicto y, deseamos que no, tener que enfrentar en cualquier momento las consecuencias de una guerra.


Tabla resumen


Explosión de un conflicto armado
  • Consecuencias sociales y políticas de la aparición de un conflicto armado.
  • Casos más recientes de conflictos armados.
Las pérdidas en datos
  • Daño a las infraestructuras de un país.
  • Hundimiento del sistema de vida de los países afectados.
  • Tiempo de recuperación financiera de los principales conflictos de la última década.
  • Ejemplo práctico.
Problemas en el largo plazo
  • Análisis de la cada vez mayor frecuencia de conflictos armados.
  • Posibles países implicados en los próximos conflictos.

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