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Verano en llamas: el coste económico de una España incendiada

Este verano en llamas de 2025 ha dejado una huella devastadora en España y Europa.


Índice de contenido


  1. Introducción — “Verano en llamas”

  2. Gastos asociados a la prevención   

  3. Puede salir ganando alguien con un incendio  

  4. Conclusión   

  5. Tabla resumen


Introducción — “Verano en llamas”


En España, incendios recientes en zonas como Castilla y León, Galicia o alrededor de Madrid han provocado varias víctimas —incluidos bomberos voluntarios— y obligaron a evacuar a miles de personas, con interrupciones en carreteras y trenes debido al humo y las llamas. En el conjunto del continente, ya se han quemado más de 439.568 hectáreas en lo que va de año (datos a 13 de agosto), más del doble del promedio de estas fechas en los últimos 19 años.


Los incendios forestales ya no son solo tragedias humanas o desastres aislados: representan shocks económicos y sanitarios sistémicos. En el primer semestre de 2025, el coste de las catástrofes naturales alcanzó unos 135.000 millones de euros, de los que el seguro cubrió alrededor del 59 %, sin contar los impactos indirectos. Además, emergen estudios que revelan que la carga de mortalidad por humo (PM2,5) está subestimada y podría multiplicar el impacto económico directo. Por todo ello, evaluar y cuantificar sus costes económicos se vuelve imprescindible para entender la magnitud real del problema y diseñar respuestas eficaces.


Gastos asociados a la prevención


España (2025) ha reforzado el frente preventivo con un Plan de actuaciones de 115,8 millones de euros y un dispositivo estatal para el verano con 56 medios aéreos y 10 BRIF que apoyan a las CCAA. En paralelo, la UE ha preposicionado unos 650 bomberos en países de alto riesgo y sigue ampliando su flota rescEU; entre 2019 y 2024 se han comprometido alrededor de 3.200 millones de euros a estas capacidades comunes.


España ha puesto en marcha un intensivo plan de actuaciones para el verano de 2025.
España ha puesto en marcha un intensivo plan de actuaciones para el verano de 2025.

La evidencia económica es clara: cada euro invertido en prevención puede ahorrar hasta tres, y determinadas medidas superan retornos de 10 por 1 en contextos europeos. Aun así, el Tribunal de Cuentas Europeo advierte en 2025 que muchos proyectos financiados por la UE no se evalúan bien y que se infrautilizan datos como los de EFFIS, lo que dificulta saber qué funciona mejor y dónde.


En el terreno social y laboral, persisten condiciones precarias en parte del personal de extinción y prevención, con plantillas temporales y denuncias sindicales. En episodios recientes se ha recurrido también a voluntariado, lo que subraya la necesidad de profesionalización y coordinación tras incidentes mortales. A la vez, la superficie forestal ha crecido por el abandono rural y hay menos gestión tradicional: trabajos que antes hacía un pastor —limpieza de matorral y creación de discontinuidades— hoy deben pagarlos las administraciones. Programas de pastoreo dirigido y silvopastoreo muestran eficacia para reducir combustible y abaratar cortafuegos, y deberían integrarse de forma estable en los planes.


Daños directos y pérdida de actividad económica


Los incendios causan daños inmediatos a viviendas, infraestructuras, redes eléctricas y de telecomunicaciones, masas forestales comerciales (madera, resina) y a servicios ecosistémicos como la captura de carbono, la regulación hídrica y la protección del suelo. A modo de referencia de la magnitud potencial de un evento urbano, en Los Ángeles (enero de 2025) estimaciones académicas sitúan las pérdidas directas de propiedad y capital entre 95.000 y 164.000 millones de dólares, con hasta 75.000 millones asegurados; otras evaluaciones amplían el impacto económico total por encima de 250.000 millones, aunque con mayor incertidumbre. En España, la temporada 2025 ya ha superado la media reciente y ha obligado a cortar líneas AVE y carreteras en pleno puente de agosto, afectando desplazamientos turísticos y logística.


Donde el golpe económico es más persistente es en la pérdida de actividad: suspensión de aprovechamientos madereros y resinación, caída del turismo rural y la hostelería, y parón de actividades clave como la silvicultura, la recolección de setas, la apicultura o la caza. El caso de la Sierra de la Culebra (Zamora) ilustra este “apagón económico”: además de la destrucción de hábitat y cancelaciones masivas, se perdió una producción micológica estimada en más de 200 toneladas anuales de boletus—unos 3 millones de euros al año—y se resentieron ingresos locales por caza (más de 200.000 € en cupos) y licencias micológicas (cerca de 0,9 millones € directos). A ello se suman daños sanitarios por humo, con nueva evidencia que eleva de forma sustancial la mortalidad atribuible al PM2,5. Y persisten efectos a largo plazo: menor fertilidad y mayor erosión del suelo tras el fuego, que encarecen la recuperación y lastran durante años la productividad forestal y agroganadera.


Puede salir ganando alguien con un incendio


En términos estrictamente económicos, ciertos sectores pueden experimentar beneficios temporales tras un incendio. La construcción y las reformas registran aumentos de actividad por la reconstrucción de viviendas e infraestructuras dañadas. Los servicios forestales, maquinaria especializada y restauración de terrenos se benefician del trabajo inmediato en desbroces, cortafuegos y limpieza de zonas afectadas. Las aseguradoras y reaseguradoras ajustan primas y franquicias en zonas no afectadas, aunque 2025 ha mostrado tensiones importantes por eventos extremos y brechas de cobertura. También hay oportunidades en tecnología de detección y monitorización de incendios, así como en equipos de calidad del aire, sensores y filtros. El aprovechamiento de madera quemada (salvage logging) puede generar ingresos adicionales, especialmente en bosques comerciales.


Existen sectores que de forma indirecta se ven beneficiados de alguna manera tras los incendios.
Existen sectores que de forma indirecta se ven beneficiados de alguna manera tras los incendios.

No obstante, el balance global sigue siendo negativo: los incendios destruyen capital natural y humano, dañan la salud y disminuyen la productividad a medio y largo plazo. Además, existen riesgos de incentivos perversos. En muchos casos, especialmente incendios forestales, se ha documentado que los fuegos pueden ser provocados con intereses económicos: desde generar empleo temporal en brigadas hasta abrir oportunidades para reutilizar terrenos, aunque algunas de estas hipótesis se mueven en un terreno de investigación delicado. Subvenciones mal diseñadas o seguros sin exigencias de mitigación pueden aumentar la exposición y, en algunos contextos, favorecer indirectamente estas dinámicas. Esto muestra que los posibles beneficios son puntuales y localizados, mientras que los impactos negativos persisten para la sociedad en su conjunto.


Conclusión


Invertir en prevención basada en riesgo sigue siendo la estrategia más rentable: gestión de combustible, mosaicos agroforestales, quemas prescritas y adaptación de edificaciones muestran retornos claros y sostenibles. La coordinación entre UE, Estados y regiones es clave; aprovechar los datos EFFIS para evaluar qué medidas funcionan y garantizar financiamiento estable permitirá dirigir recursos de manera eficiente. La salud debe situarse en el centro de la estrategia: los costes del humo, las alertas, refugios de aire limpio y la protección de trabajadores no pueden ignorarse.


Seguros y urbanismo también deben incentivar la mitigación: tarifas vinculadas a prácticas preventivas y ordenación del territorio inteligente. La restauración debe priorizar resiliencia y servicios ecosistémicos (suelo, agua) más que la mera repoblación, asegurando un retorno sostenible a largo plazo. Más allá de los planes oficiales, la experiencia muestra que quienes viven del campo y del bosque son los primeros interesados en que los incendios no ocurran. Permitirles limpiar el monte, recolectar madera y gestionar los recursos según usos tradicionales —prácticas de pastoreo, cortafuegos naturales y manejo de matorral— ha demostrado eficacia histórica en la reducción de combustible y riesgos. Estas prácticas locales deberían integrarse y respaldarse formalmente, en lugar de ser sustituidas únicamente por intervenciones administrativas.


Tabla resumen 


Introducción — “Verano en llamas”

-Los incendios más recientes en territorio español.

-Los desastres provocados por los incendios forestales.

Gastos asociados a la prevención

-Plan de actuaciones de España.

-Condiciones del personal de extinción y prevención.

Puede salir ganando alguien con un incendio  

-Construcciones y reformas tras los incendios.

-Un balance global negativo.

Conclusión 

-Crecimiento nulo y alta inflación.

-Último precedente en Estados Unidos.


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