El pasado 20 de diciembre se firmó un acuerdo para la reducción de la jornada laboral, que pasa de 40 horas semanales a 37 horas y media, lo que equivale a una reducción de media hora diaria.
El documento lleva la firma de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno; Pepe Álvarez, secretario general de Comisiones Obreras; y Unai Sordo, secretario general de la UGT. Cabe señalar que el documento no fue firmado por ningún representante de los empresarios, ni por miembros de la patronal CEOE o CEPYME, aunque sí estuvieron presentes durante las negociaciones, que se han desarrollado a lo largo de más de un año. Este documento debe ser aprobado por el Congreso y aún puede ser modificado, lo cual es probable.
Es muy posible que Junts y el PNV no estén conformes con este acuerdo, y aunque revertirlo por completo podría ser complicado, las modificaciones en los plazos y las bonificaciones parecen ser una opción viable. No obstante, los sindicatos han amenazado con movilizaciones si el acuerdo no se aprueba.
Como ya hemos mencionado, el principal cambio es la reducción de dos horas y media en la jornada laboral máxima. Las empresas tendrán un período de adaptación de un año para realizar este cambio. Además, el acuerdo especifica que no se podrá reducir el salario ni eliminar cualquier tipo de beneficio previamente acordado con el trabajador.
Para que estas medidas sean eficientes, se han acordado multas de hasta 10.000 euros, también se ha acordado la creación de un nuevo registro de horarios, que a partir de ahora será digital y deberá estar en la base de datos de la empresa durante cuatro años. Además, si la empresa incumpliera el formato detallado en el documento, se consideraría como válido lo que dijera el trabajador con respecto al horario, a menos que se demuestre lo contrario.
La propuesta de nueva jornada laboral viene acompañada de numerosos controles y sanciones en caso de incumplimiento.
Para la implementación de este nuevo registro, el Gobierno otorgaría un plazo de seis meses desde la aprobación de la nueva ley para su implementación. Otro cambio que se explica en el acuerdo es el reforzamiento del derecho a la desconexión digital, es decir, el derecho que tiene el trabajador a no responder a los mensajes relacionados con el trabajo que se le envíen. Además, se reconoce el derecho del trabajador a no estar geolocalizado ni videovigilado por la empresa. Sin embargo, se especifica que se podrán hacer excepciones bajo ciertas condiciones, lo cual será competencia de las negociaciones colectivas.
La jornada laboral se ha ido reduciendo en todo el mundo según pasaban los años y conforme el trabajo se hacía más productivo. Pero en los últimos años se han dado más pasos en esta dirección en algunos países. Francia en 1999 redujo la jornada laboral a 35 horas, o Bélgica a 38 en 2003; luego está el caso de Islandia, con una jornada laboral de 4 días, siendo el viernes parte del fin de semana. Esto era lo que se planteaba Sumar en un principio, y lo que sigue planteando como objetivo en el medio plazo. Además de estas reducciones por ley, cabe destacar que hay empresas que ya ofrecen esta jornada laboral de cuatro días, especialmente en trabajos relacionados con la programación o el desarrollo de producto.
Existen más casos, como los de Dinamarca, Australia y los Países Bajos, pero los resultados suelen ser similares en todos los países. La productividad aumenta ligeramente, y especialmente en aquellos países donde la reducción se lleva a cabo mediante la eliminación de un día de trabajo, la felicidad de los empleados mejora. Esto es particularmente cierto en trabajos que son muy estresantes a nivel psicológico. Además, se observa que, al principio, se incrementan las horas extras, aunque luego vuelven a los niveles anteriores. Por otro lado, cuando la reducción de jornada laboral la implementan empresas específicas, el principal beneficio que obtiene la compañía es un aumento en la lealtad de los empleados y una visión más positiva de sus jefes.
Aun así, cabe destacar que los resultados en España probablemente no vayan a ser tan positivos, ahora explicaremos el por qué.
A la hora de valorar los resultados de esta medida lo primero que habría que tomar en consideración es que España es uno de los países de la Unión Europea con mayor porcentaje de PYMES en su tejido empresarial. Siendo el 99,8% de empresas en el país, siendo sus empleados el 66% del empleo empresarial total. Habría que tomar en consideración que, son estas pequeñas empresas las que más dificultades tienen para poder adaptarse a estos cambios. Es decir, Mercadona o La Sirena difícilmente quebrarán porque sus reponedores o cajeros tengan que trabajar algo menos, pero la pescadería o carnicería de barrio tendrán más dificultades, pues contratar otro trabajador no es viable, porque ahora no podrá abrir en los horarios en los que lo hacían y una larga lista de inconvenientes. Por lo tanto, el tejido empresarial es más vulnerable ante estos cambios.
Uno de los principales afectados del posible cambio en la jornada laboral sería el sector de los pequeños comercios en favor de los supermercados en España.
Otro efecto negativo que puede ser el aumento de los precios, pues ahora con esta disminución de horas por trabajador, la retribución por horas aumenta, es decir los costes para el empresario, aumentan. Por lo tanto, si no aumenta la productividad los precios de los productos tenderán a subir, disminuyendo así el poder adquisitivo de la población. Además, esta subida de precios otra vez iría en perjuicio del pequeño empresario. Mercadona, con un beneficio neto de 1009 millones de euros, seguramente pueda permitirse mantener los precios aun aumentando costes, los pequeños comercios difícilmente.
Por otro lado, existe la posibilidad de un aumento en la productividad, pero esto puede no ser tan beneficioso como parece. Es cierto que la media hora más productiva de un albañil no es la última del día. Pongamos como ejemplo que, en una jornada de ocho horas, el albañil coloca 320 ladrillos. Su productividad sería de 40 ladrillos por hora. Si eliminamos la última media hora, en la que no coloca 20 ladrillos, pero solo 10 debido al cansancio, terminaría colocando 310 ladrillos.
Ahora, su productividad sería de 41,3 ladrillos por hora. El aumento es evidente, pero, ¿ha colocado el albañil más o menos ladrillos al final del día? Si al albañil se le paga por poner ladrillos, ¿debería cobrar más o menos? Lo mismo ocurre con un camarero, simplemente cambiando los ladrillos por las cervezas que sirve.Si hay algo que caracteriza a nuestra economía, y que constituye uno de sus grandes problemas, es el bajo valor añadido de muchas de sus principales actividades: turismo, construcción, alimentación… Por lo tanto, tal vez en otros países un aumento de la productividad de este tipo, sí suponga una mejora significativa en la economía y en la calidad de vida de los ciudadanos, algo que en España no parece que vaya a suceder.
Porque es cierto que uno de los países mencionados, de hecho, el que más reducción ha tenido, Islandia, también depende mucho de su sector turístico, que representa alrededor del 10% del PIB, mientras que en España es el 12%. Sin embargo, en Islandia cada trabajador empleado en este sector genera para la economía 85.669 euros al año, mientras que en España genera 45.276. Con esto podemos observar el gran problema de productividad que enfrentamos, y por qué puede que no sea el momento adecuado para reducir nuestra jornada laboral.
Los resultados de este cambio de legislación están por ver. Especialmente teniendo en cuanta que todavía no sabemos cómo se van a implementar del todo, ni si quiera si lo harán en su totalidad pues el Congreso todavía no ha aprobado nada. Más allá de esto, predecir cambios catastróficos o mesiánicos no es realista.
Cabe recordar a que las reducciones de la jornada laboral de este tipo se han sucedido a lo largo de los años, siendo la última en 1982, pasando de 48 horas a 40 horas semanales, y después de estas nunca aumentó el paro un 10%, ni aumentó la productividad dramáticamente. También conviene estar pendiente de cómo la Inteligencia Artificial podría cambiar la manera en la que producimos, y por consiguiente nuestras vidas. Son tiempos de cambios, y conviene estar atentos.
¿Qué se ha firmado? | - Acuerdos alcanzados hasta el momento - Complicaciones del proyecto |
¿Qué cambios supondría la nueva legislación? | - Reducción de dos horas y media en la jornada laboral - Derecho a la desconexión digital |
¿En qué otros países se ha reducido la jornada laboral, y cómo ha afectado a su economía? | - Ejemplos de reducción de la jornada laboral en la Unión Europea - Principales beneficios para las empresas |
¿Qué podría pasar en España? | - Dificultades de aplicación en el país - El bajo valor añadido de la economía española |
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